jueves, 31 de agosto de 2017

Las mejores vacaciones





Juan Antonio Hernández. El Chofre

Como todo el mundo sabe mis vacaciones siempre giran en torno a mis padres, mientras vivan no hay más sitios donde ir y son las mejores del mundo, eso no implica que no me lo pase de maravilla cuando me desplazo para visitar a los amigos.


Como verán este articulo puede que salga largo, pues concentrar en poco espacio lo vivido va a resultar imposible, pero creo que será jugoso y sobre todo encontrarán sentimientos y emociones y en algún momento hasta notarán como se me ponen los “pelillos de aquella manera” como diría mi amigo Pedro.



Bueno como decía antes, lo primero nada más llegar a Lumbrales es dar unos grande achuchones a mis padres acompañados de todos los besos del mundo, seguramente solo podré devolverles un poquito respecto a todo lo que ellos me han dado, especialmente el sudor que en su larga vida han derrochado por nosotros, con momentos muy difíciles, dos grandes como padres que han sabido darle duro a la vida como nadie. Mi madre una luchadora capaz de  “sacar” a cinco adelante, más otros tres que quedaron por el camino, aparte de cuidar de sus padres e incluso trabajar en un bar, no conozco a nadie con ese carácter tan peculiar,  ni con un corazón tan grande como el suyo, con esa capacidad de amor y perdón, como nadie insisto. ¡Qué decir de mi padre! siempre la casa en manos de su compañera y él a luchar en los duros trabajos, fuera el que fuera, donde estaba la peseta; barrenero, albañil, etc…, como cuando tuvo que trabajar colgado de una soga en el salto de Aldeadávila a trescientos metros de altura, todo menos acomodarse poniendo en apuros los garbanzos de la familia.  ¿Cómo ahora voy a ir yo a ponerme panza arriba al sol y no disfrutar de nuestra común compañía?


Con estas premisas y dicho lo anterior, empiezo a organizar esos ratos que me quedan para poder ir a ver ganaderías, amigos y disfrutar de la fiestas. Tengo que decir que estas, las de Lumbrales hace años que ya no son lo que eran, no hay la alegría de antaño en las peñas, los novillos son desechos de tientas que “le cuelan  al ayuntamiento, eso sí, aparte de los encierros, suelo disfrutar de la novillada sin picadores con los chavales de la escuela taurina de Salamanca, este año he descubierto a Manuel Diosleguarde, me ha gustado. Fotos y más fotos en cualquier situación como queriendo guardarlos para revivir todos esos momentos y desde luego casi siempre lo consigo, también queda tiempo para revivir, unas tras otras, las esquinas y las calles de mi infancia, es un ejercicio que las más de las veces te da muchas alegrías pero también alguna que otra tristeza. Por todo ello hay grandes momentos de charla con mis padres recordando cosas y aclarándome nombres y situaciones, si, si ya sé que esto acurre cada vez que me acerco a mis orígenes pero evidentemente es lo que más me reconforta y lo que siempre me ha cargado las pilas.


Luego rutas por otros lugares, Fuentes de Oñoro para hacerle una visita al maestro Alfonso Navalón, Siega Verde, un paseo por la orilla del Águeda, siempre es reconfortante La Alberca, Peña de Francia, las Batuecas, Ciudad Rodrigo, los saltos y pueblos de Saucelle, Aldeadávila en fin todos los pueblos de la zona, siempre encuentras algo nuevo.


Me llega una invitación especial para asistir a la presentación de la segunda edición del libro escrito por el amigo Paco Cañamero, Trasbordo en Medina, una novela que aconsejo leer. Me encamino a fuentes de San Esteban para no fallar al reclamo del amigo. Otro gran momento viendo como este, es profeta en su tierra con lo difícil que es. Echamos un rato muy agradable Mariaje y yo.


Este año además he ido a Mérida, parece que está ahí mismo pero ¡coño! cuesta llegar, pero merece mucho la pena por ver a los amigos de la ciudad romana. Este año hemos pasado momentos irrepetibles. Pedro, Domingo Jesús, Paco y todos aquellos que te vas encontrando por la ruta y que me presentan, como es normal buena gente también. A Mérida tuve que ir en un día completo, con lo cual hay que dejar un poco abandonados a los padres, pero me lo permiten y con gusto, pero siempre te queda un sentimiento de agobio, eso sí se compensa con la felicidad de dar buenos abrazos, por cierto las gafas protegidas, vinieron de vuelta tal como fueron, no es cuestión de comprar todos los días unas.


Los días se completan con visitas a ver las camadas de distintas ganaderías es un lujazo impresionante ver a los toros en el campo, pocas cosas son tan gratificantes y relajantes, porque además siempre te encuentras con sorpresas de todo tipo de fauna ¡qué pena que nuestro ecosistema de dehesas esté en peligro de extinción por culpa de los que se están cargando la Fiesta!.


Bueno no tengo mucho más que contar porque entre otras cosas se me hace muy difícil expresar vivencias como el saludar a un caballo, ver pasar por la puerta los rebaños de ovejas con sus corderitos recién paridos, incluso al pastor con un par de ellos debajo de los brazos porque no pueden todavía caminar hasta los corrales desde el campo; también encontrarte con primos y amigos, como esa pareja Paco e Isabelita, que siempre están dispuestos para parlotear un rato, o como el amigo Manoli, un gran aficionado, ganadero y sobre todo persona…, luego por las noches en una buena terraza, mirando ese cielo estrellado que solo se puede disfrutar en estas tierras charras, esos cafetitos y chupitos de hiervas hasta las …




















En fin ya ven que uno no lo paso mal de vacaciones, eso sí, de otro tipo, de la forma que me aportan vida, que me emocionan, y sobre todo que no tengo la sensación de perder el tiempo, mis vacaciones son de emociones, de alegría, y de mucho, mucho, cariño, las mejores vacaciones

lunes, 28 de agosto de 2017

Gracias, maestro Toni




Pedro García Macías.  Blog “El Chofre”

Sí, amigos, un lujo, un placer y un privilegio, hemos tenido unos poquitos “elegidos” de disfrutar de una jornada, corta pero intensa, el pasado jueves 24 de agosto en nuestra ciudad Mérida, que vino a compartir con nosotros nuestro amigo del alma y maestro de afición y de aficionados, Juan Antonio Hernández (Toni)…no, no me acusen de “palmero” porque saben que no es mi especialidad, simplemente soy relator de lo que me sale de los “adentros”, seguro que me quedo muy  escaso porque los momentos vividos, aunque cortos en tiempo, fueron intensos como las faenas buenas, amplio y profundo en sensaciones, emociones y matices, todo ello alrededor de la amistad y nuestra fiesta de los toros, ya saben cual, porque el circo decidimos dejarlo para cuando volvamos a la niñez, que conste que por la edad ya me están viniendo ganas de volver a ver a los trapecistas, pero me han informado que todavía no han vuelto a hacer sus vuelos majestuosos “sin red…bueno al “grano”, porque voy a intentar, casi un imposible, dejar mal a dos amigos, al amaliense Costi y al calagurritano Ernesto, que siempre “ensalzan y  alaban” con respeto y cariño mi capacidad de síntesis…la cuadrilla, “in situ” Jesús, Costi, Paco Jiménez, el relator y el maestro Toni y en los tendidos del “whatsapp” (me apuntan que se escribe así) Ernesto, Iñaki, Gloria, Sergio, Eneko… que ardía en comentarios muy cachondos y simpáticos (¡¡¡no, si al final me voy a tener que hacer “whatsappero!!!)
A las once y cuarto, con puntualidad taurina, de una mañana calenturienta con unos 36 grados a la sombra (nos acordamos de Boris pero no fue posible remitirle para su tierra navarrica unos grados), fue el encuentro …lugar la puerta del Coso del Cerro de San Albín, abrazos de bienvenida con mucha transmisión, los pulsos y los ojillos “aspavientados”, eso sí salvaguardando las gafas para no causar un desperfecto como en Irún, ¿verdad maestro?...la ruta comienza por visitar la plaza de toros y el Museo Taurino…
…el patio de cuadrillas y  callejón (el ruedo sólo para los profesionales)
                           
Continuamos ruta con un paseíto amplio a pié, por la calle John Lennon, con parada obligada en Casa Vita, Mesón el Lebrel (le presentamos al maestro a los “taberneros” Vita y su marido, vasco oriundo de Sopelana con ascendientes familiares en un pueblecito charro al lado de Lumbrales)…seguimos por Plaza de España (emotivo recuerdo al amigo Murillo), la calle Santa Eulalia con otra paradita en el Bar Restaurante Benito (con amplia y profusa decoración taurina de fotografías y carteles)

                   
 …el maestro regala a Jesús una camiseta diseñada por él con los hierros de ganaderías de nuestra preferencia (yo la tengo y la guardo como oro en paño)… en todos los lugares vino de pitarra de la tierra… seguimos hacia la calle Berzocana, donde hacemos otro alto en el camino en la “Taberna el Capote” (presentamos al maestro al tabernero Vicente “El Pollito” y vimos las fotos de Costi que allí están expuestas, entre ellas dos de su paisano Domingo López Chaves en un tentadero de vacas Cuadris en “Cabecilla Pelá”) … sobre las 14,15 horas nos recoge Jesús y nos encaminamos a casa de Paco Jiménez, un guapo lugar con su campo, sus olivos, sus gallinas y un gallo con hechuras “cuadris” …en  “La Cantina” un poquito de toreo de salón, unas verónicas del maestro cargando la suerte…rico y variado tapeo bien acompañado de vino blanco y más pitarra (con moderación, no piensen mal)…
           
                                  
…esta rica tortilla la cocinó y fue obsequio de la madre de Jesús, ¡¡¡GRACIAS, amiga!!!...charla distendida y amena…cafelito y cubatitas, menos el maestro por el tema de la conducción…sobre las seis de la tarde comienza la retirada, el maestro debe regresar a Lumbrales…las despedidas, sentidas y largas como no podía ser de otra manera …antes de coger el camino de regreso por la autovía, dos paradiñas, una para que el maestro diera un abrazo a mi mujer Tita y la última para lo mismo con mi yerno Víctor y mis dos nietecillos, los “bichejines” Lidia y Daniel …

              






… después Jesús y yo rematamos la jornada en la Taberna del amigo Ángel “El Chinche”, repasando la jornada con el sentimiento de que el maestro no pudiera quedarse…

Mi agradecimiento maestro y amigo del alma, Toni, y al resto de la cuadrilla por permitirme participar y vivir este día que guardaré siempre en ese sitio especial … y “colorín, colorao, este cuento se ha acabao”.