TOROS DE DANIEL RUIZ
PARA RIVERA ORDOÑEZ, EL JULI Y CAYETANO
LOS MERCADERES
PROFANAN EL TEMPLO
¿Quien no ha leído el pasaje de la vida
de Jesús sobre la profanación del templo por los mercaderes y el Maestro los
echa a patadas?
Aquella secuencia sirve muy bien para
describir lo de esta tarde en la Maestranza.
La plaza de Sevilla hoy estaba en manos
de mercaderes gestores, mercaderes actores y todo ello bendecido por el
mercadeo de la autoridad complaciente y entregada.
Salían por chiqueros ¿toros?, no, eran
animales anunciados como toros, pero con trapío de novillo, menos el quinto con
trapío de mostrenco.
¿Ofrecían al menos una lidia encastada
plena de poder y casta brava? Negativo.
Deambulaban por el albero como “la tonta el bote” y encima sin fuerzas.
Ni que decir tiene, que una vez más la
suerte de varas estuvo desaparecida.
Reprobar a los elegantes actores,
¿quizás toreros? que de esa manera no se ponen los toros en suerte. Sin
problemas. Nadie les llamará la atención.
El colmo de los colmos estuvo en la
actitud del presidente, aficionado de desconocido prestigio, que se obcecó en
mantener en el ruedo el tercer novillote, inválido perdido.
El actor Cayetano, pensando que el
presidente tenía razón se dirige al tendido 8 (el único que protesta a estos
mercaderes) y les dice que le brinda la faena. ¿Qué faena? Si aquello no tenía
un pase, como después se comprobó.
Como el pretendido espectáculo estaba
animado por una masa ocasional, que no sabía ni donde estaba su localidad, ni
por supuesto los mercaderes gestores disponían de acomodadores, en el sol hasta
el cuarto toro había revolución en la plebe. Incluso una mujer que reclamaba a
gritos fue reprimida por la guardia del templo y expulsada del tendido.
De torear, ¿qué se puede decir?
Realmente nada de nada. Si ya nos referimos a destorear, aquí sí que los
mercaderes actores profanaron el templo abusando del pico de la muleta, echando
los novillos fuera, citando con ventaja, en definitiva, usando los mismos
resabios de plazas de pueblo donde abusan hasta decir basta.
Se concedió graciosamente y
democraticamente una oreja a cada hermano Rivera, los cuales marcharon a su
hotel orgullosos de una gran tarde que a buen seguro los mercaderes de la
pluma, radio y televisión halagarán al máximo para que en el templo se sigan
vendiendo “duros a cuatro pesetas” si el tiempo no lo impide y con la anuencia
de los caballeros maestrantes y la autoridad.
Es de ley decir que lo único torero de
la tarde no lo hizo un mercader, sino un torero de plata llamado Iván García
que puso dos soberbios pares de banderillas al último de la tarde.
También indicar que los mercaderes del
chimpún chimpúm amenizaron la tarde para deleite del respetable público.
Diego Martínez. UTAA-SEVILLA
Maestro Toni, como es habitual la pluma de Diego refleja fielmente lo que sufrí, algo de masoquista debo tener, al otro lado de la caja tonta, el culmen de la desfachatez en toreretes, empresario, ganaduros, presidente, público festivalero clavelero y medios de comunicación palmeros
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