UNION TAURINA DE ABONADOS Y
AFICIONADOS DE SEVILLA
TOROS DE HNOS. GARCÍA
JIMENEZ-PEÑA DE FRANCIA PARA MORANTE DE LA PUEBLA, MIGUEL ÁNGEL PERERA Y JAVIER
JIMÉNEZ.
LOS TOROS Y LA SIESTA
Con el festejo de esta tarde llevamos
ocho corridas de toros del ciclo, incluido domingo de resurrección. Se han
lidiado cuarenta y ocho toros y en el recuerdo queda un toro de Torrestrella,
otro de Juan Pedro y “Platino” de Victorino. Varias orejas de pueblo. Declive de
la categoría de la plaza y un hastío general en el aficionado.
¿Con este balance pretende el empresario
aumentar el número de abonados?
Este año el aumento fue de ciento veinte
nuevos abonos. Que se prepare para el año que viene.
Porque con los festejos celebrados, muy
similares al de esta tarde, el negocio lo tiene muy crudo.
Así no se hace afición. Con los toros de
Matilla, tres muy mal presentados, con la edad al límite y “pañuelo veloz” de
presidente es difícil hacer desfilar el trapío que Sevilla necesita en ese
precioso albero.
Cuando una corrida de toros invita al
bostezo y la siesta. Es que algo no funciona. Es que precisamente falta la
esencia de la Fiesta que es la emoción y el riesgo que cale en los tendidos.
Qué
pena da ver toros ir de aquí para allá sin codicia, fuerza, cadencia de bravo y
mansedumbre. Esto ocurrió esta tarde. Sin temor a exagerar, decir que se dieron
más muletazos que en todas las corridas anteriores. Aquello era puro
aburrimiento. Embestidas de vaca burra sin transmisión en el animal y menos
transmisión en los toreros.
Escarbar un poco para destacar varios
naturales de Morante. La pulcritud y ganas de agradar de Javier Jiménez y la
madurez de Perera, empeñado en matar estos medios toros y abstraerse de medir
su tauromaquia con encastes más comprometidos.
Una vez
más y lo seguimos denunciando, es que la suerte de varas fue puro teatro. Como
este mal es crónico, exigimos a la autoridad que al menos los toros sean
puestos en suerte correctamente. El reglamento está para cumplirlo.
Curro
Javier y Javier Ámbel colocaron muy bien banderillas.
La
música sigue una tarde más no tocando cuando debe y tocando cuando no debe.
El circo de máximo nivel sigue con sus funciones en la carpa maestrante y nos lo cuenta con verdad el amigo Diego
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