lunes, 19 de junio de 2017

Un toro ha matado a Fandiño



 


El Chofre
Juan Antonio Hernández

Leo por ahí que Fandiño ha muerto, el comentario normalmente es de los taurineadores, pues miren no, lo justo lo honrado es decir las cosas con claridad y dejar las tonterías para otro momento. Un toro de Baltasar Iban ha matado a Fandiño. Tengo que decir una vez más alto y claro que todos los toros matan, pero de la misma manera que mata un andamio, una zanja mal apuntalada, un camión, una máquina en cualquier empresa y todo por el avance en nuestra calidad de vida, por el avance de la humanidad. Así es la vida.
Nunca fue un torero que contara con mis simpatias, pero cuidado de la misma manera él intentó entrar en el club de los privilegiados y se quiso encumbrar en lo de la fiesta circo, también digo que aquello de templar mandar y parar, cargando la suerte se le hacía complicado, es decir, segun algunos ahora, de alguna manera los dos nos faltábamos al respeto, aunque la diferencia estaba en que yo sudaba mi entrada y el sudaba para con toda legitimidad llevarse mis sudores. Nunca me emocionó, pero era un torero.

Digo todo esto para que nadie dude que ahora quiero hacer el hipócrita, muy al contrario intento explicar mi versión y porqué esta trágica muerte. Fandiño tenía muchas carencias como torero, pero ¡ojo! no más que el noventa por ciento del escalafón, por otra parte una gran virtud, era torero, soñaba con eso que ahora dicen,  estar en figura, o mejor, en la cumbre y aquí voy al meollo de la cuestión. Durante años luchó por estar arriba jaleado unas veces más y otra menos por esos taurinedores que engordan el sistema, hasta tal punto quería ser grande y llegar a lo más alto, que le vendieron la moto de encerrarse en Madrid con una corrida de ganaderías de toros bravos; había caído en la trampa, estaban jugando con sus sentimientos, lo echaron a los leones cuando todo el mundo sabía del fracaso anunciado, pero la plaza se llenó y se hizo caja, mientras Fandiño había picado el anzuelo por sus ganas y su lucha de llegar a lo más alto; paradójicamente en esa encerrona no quiso lidiar  un toro de la ganadería,  que le dio la opción, por su bravura, una tarde de un dos de junio de 2011, de que muchos comenzaron a hablar de él y que les sirvió a algunos para de alguna manera engañarlo, “Podador” se llamaba el Cuadri, que resultó premiado con un azulejo en el Batán como el toro más bravo del serial isidril.
                   
Después de ese fracaso su osadía le costó que todo el estamento taurino lo fuera arrinconando como a montones de toreros y que tuviera que cambiar el chip para lidiar toros bravos, SÍ, esos que los del arriba del escalafón no quieren ni verlos y se llaman figuras.

Pero Fandiño siguió con su profesión a pesar del desprecio de todos los que anteriormente le idolatraban y jaleaban, como se ha comprobado todo falso, y su tristeza la iba arrastrando por las plazas. Ya no digo que los mal llamados figuras lidien los que otros están lidiando, porque es una batalla perdida, ya que  ni los supuestos aficionados lo exigen, pero ¿por qué no se ha exigido que el malogrado torero, ese que durante un tiempo llegó a saborear las mieles del triunfo, lo acartelaran con esos “compañeros”, ¿no dicen ahora que era un grande? hipócritas falsos y antitaurinos, llamados figuras?

Pero ¡ojo! que el problema sigue, esa casta que domina ahora la fiesta, está arrastrando a la tragedia a muchos más toreros, que sin bagaje de corridas, cada vez que se visten de luces se tienen que jugar la vida con toros bravos, porque el escalafón está copado por los sinvergüenzas que ahora se dan golpes de pecho y nos les dejan ni asomar por una plaza junto a ellos, Fandiño incluido, porque saben que tienen  más amor a la fiesta y muchos más cojones que todos juntos.

Pero como decía el toro mata, si, si unos más que otros y los valientes tienen más papeletas, pero lo que no es de recibo es que siempre los toros bravos les toquen a los mismos, hipócritas.

No quiero dejar pasar la oportunidad de llamar sinvergüenzas a todos esos que habiendo sido mimados por los públicos y los aficionados, ahora aprovechen las tragedias para arrimar el ascua a su sardina y me ha dolido en especial un señor que durante toda su vida taurina ha vivido de esa afición, que ahora dice que es responsable de la muerte de Fandiño. Sr. Esplá, por favor, tápese, no merecemos esos comentarios por el hecho de que ahora sea Ud. un estomago agradecido, no merecemos esos comentarios, se da la circunstancia de que a Ud. lo han aguantado por el simple hecho de ser algo mejor que los demás lidiando, pero no ha toreado en su vida y ahora encima tenemos que aguantar sus insultos, tápese, hombre, tápese.

Descanse en paz torero y si puede allá en donde esté, procure hacer algo por esos grandes profesionales que tarde tras tarde se enfrentan a toros de Los Maños, de Baltasar Iban, de Dolores Aguirre, de Cuadri, de Prieto de la Cal, de Valdellán, es decir de toros criados y seleccionados en bravura para toreros en el ruedo y aficionados en el tendido.




4 comentarios:

  1. Maestro Toni, se puede decir más alto pero más coherente y meridianamente claro NO...AMÉN...un fuerte abrazo...seguimos en ruta
    Pedro

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  2. es la primera vez que leo sus escritos, gracias por aclararme unas dudas con su analisi tan clara Comparto totalmente GRACIAS un saludo desde Milan Italia

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  3. De un aficionado a los TOROS a un matador de TOROS .......

    Gracias y felicidades al autor de esas palabras tan justas

    Abrazos, maestro TONI

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