Así ha titulado la
empresa de la plaza de las Ventas atrevés de la prensa especializada
estos días el ciclo Isidril del 2018.
Hace muchos años ya que
este ciclo taurino ha perdido la categoría que en otras épocas
tuvo. Madrid ponía en figuras a aquellos que triunfaban, los toreros
tenían la oportunidad de arreglar la temporada si conseguían un
triunfo a ley en el ruedo. Hace muchísimos años que esto no ocurre
es más, si por un casual algún torero que no entra en el sistema
triunfa, corre el riesgo de quedarse fuera de los carteles en los que
ya tuviera apalabrados como comparsa en otras ferias.
Tampoco quita, pues al
estar ya todo preparado de la temporada anterior es impensable que
los que se mueven alrededor del sistema puedan perder ningún puesto
aunque en Madrid no consiga ningún resultado satisfactorio. Entonces
¿que supone Madrid en la nueva era de esta fiesta que nos ha tocado
vivir? Pues nada de nada, serán unas orejitas más, una mala tarde
más y a lo mucho algún premio de esas peñas que les gusta hacerse
arretratos con los torerillos después durante el año.
En cuanto al ganado más
de lo mismo. La inmensa mayoría de las ganaderías tienen todos los
años el puesto asegurada de aquí a cuarenta años. Algún puesto
queda por si alguna de nuevo cuño se convierte en ganadería del
sistema. Si que durante algunos días se programan ganaderías de las
que ellos llaman duras y que no son ni más ni menos de las que como
deberían ser todas, para justificarse a los pocos incautos que
todavía quedan en la plaza y que se denominan aficionados y no
claveleros. Hasta hace años el apartado ganadero era el espejo donde
miraba el aficionado para ver el abanico de toda las ganaderías de
España. Y si se estaba en buen momento se le cogía incluso para
alguna corrida más para la temporada y ya no decimos nada para la
siguiente feria.
Ahora no, ahora se ponen
las ganaderías de la misma forma que los toreros, de un año para
otro se siguen con las mismas borregadas y los mismos perritoros, año
tras año, pero que incluso incluyen las demás ferias del territorio
debido al mando del torerillo de turno. Es decir que el contrata, el
que vende al aficionado ese producto, se pasa por el forro de los
cojones todo con tal de tener a esos torerillos, que el mismo jalea y
promociona como figuras, en sus carteles. Luego ya tenemos con el
dinero de sobra para pagar las campañas de prensa necesarias para
que todo vaya de lujo.
Bien, este es el panorama
incontestable en el que nos encontramos en estos momentos al afrontar
el mundial del mundo del toro. Que por cierto, es en la única
actividad que hay mundiales todos los años (es cojonudo) Hay una
cosa que si da este supuesto mundial y es que, así tienen el
escaparate para el resto de ferias, que por otro lado organizan los
mismos que contribuyen a estas pantomima. Bien como empresarios, bien
como apoderados, bien como ganaderos es decir, como ahora todos son
de todo, al sistema lo que le interesa es que en Madrid se haga esta
pantomima para poder tener la justificación del resto de las ferias.
Esto ni es un mundial ni
es na. Una plaza más de fiesta circo. Eso si, mas larga y aporta
muchos más dineros para algunos. ¿Se imaginan que en un mundial se
enfrentaran los equipos sin jugarse nada en ello? ¿Se imagina
alguien, que en ese mundial se eligieran los árbitros que nos dieran
la gana? ¿Se imaginan que solo jugaran los equipos que a un señor
le diera la gana? ¿se imaginan que el titulo de campeón se lo
diéramos a quien nos diera la gana? ¿Se imaginan que los partidos
los ajustáramos a nuestro antojo, tanto en que campo jugar, con que
balón y con qué arbitro? Pues este es el mundial tramposo de san
Isidro en las Ventas de Madrid.
Muchísimos jugadores
fuera del mundial, ponemos a los que nos dan la gana. A otros
jugadores los repetimos como y con quien nos da la gana. Los campos
de fútbol son los que a nosotros nos garanticen mayor juerga y mejor
juego. En fin el mundial de la fiesta circo.
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