viernes, 11 de mayo de 2018

Comienza el mundial de los toros.



Así ha titulado la empresa de la plaza de las Ventas atrevés de la prensa especializada estos días el ciclo Isidril del 2018.


Hace muchos años ya que este ciclo taurino ha perdido la categoría que en otras épocas tuvo. Madrid ponía en figuras a aquellos que triunfaban, los toreros tenían la oportunidad de arreglar la temporada si conseguían un triunfo a ley en el ruedo. Hace muchísimos años que esto no ocurre es más, si por un casual algún torero que no entra en el sistema triunfa, corre el riesgo de quedarse fuera de los carteles en los que ya tuviera apalabrados como comparsa en otras ferias.

Tampoco quita, pues al estar ya todo preparado de la temporada anterior es impensable que los que se mueven alrededor del sistema puedan perder ningún puesto aunque en Madrid no consiga ningún resultado satisfactorio. Entonces ¿que supone Madrid en la nueva era de esta fiesta que nos ha tocado vivir? Pues nada de nada, serán unas orejitas más, una mala tarde más y a lo mucho algún premio de esas peñas que les gusta hacerse arretratos con los torerillos después durante el año.


En cuanto al ganado más de lo mismo. La inmensa mayoría de las ganaderías tienen todos los años el puesto asegurada de aquí a cuarenta años. Algún puesto queda por si alguna de nuevo cuño se convierte en ganadería del sistema. Si que durante algunos días se programan ganaderías de las que ellos llaman duras y que no son ni más ni menos de las que como deberían ser todas, para justificarse a los pocos incautos que todavía quedan en la plaza y que se denominan aficionados y no claveleros. Hasta hace años el apartado ganadero era el espejo donde miraba el aficionado para ver el abanico de toda las ganaderías de España. Y si se estaba en buen momento se le cogía incluso para alguna corrida más para la temporada y ya no decimos nada para la siguiente feria.


Ahora no, ahora se ponen las ganaderías de la misma forma que los toreros, de un año para otro se siguen con las mismas borregadas y los mismos perritoros, año tras año, pero que incluso incluyen las demás ferias del territorio debido al mando del torerillo de turno. Es decir que el contrata, el que vende al aficionado ese producto, se pasa por el forro de los cojones todo con tal de tener a esos torerillos, que el mismo jalea y promociona como figuras, en sus carteles. Luego ya tenemos con el dinero de sobra para pagar las campañas de prensa necesarias para que todo vaya de lujo.

Bien, este es el panorama incontestable en el que nos encontramos en estos momentos al afrontar el mundial del mundo del toro. Que por cierto, es en la única actividad que hay mundiales todos los años (es cojonudo) Hay una cosa que si da este supuesto mundial y es que, así tienen el escaparate para el resto de ferias, que por otro lado organizan los mismos que contribuyen a estas pantomima. Bien como empresarios, bien como apoderados, bien como ganaderos es decir, como ahora todos son de todo, al sistema lo que le interesa es que en Madrid se haga esta pantomima para poder tener la justificación del resto de las ferias.


Esto ni es un mundial ni es na. Una plaza más de fiesta circo. Eso si, mas larga y aporta muchos más dineros para algunos. ¿Se imaginan que en un mundial se enfrentaran los equipos sin jugarse nada en ello? ¿Se imagina alguien, que en ese mundial se eligieran los árbitros que nos dieran la gana? ¿Se imaginan que solo jugaran los equipos que a un señor le diera la gana? ¿se imaginan que el titulo de campeón se lo diéramos a quien nos diera la gana? ¿Se imaginan que los partidos los ajustáramos a nuestro antojo, tanto en que campo jugar, con que balón y con qué arbitro? Pues este es el mundial tramposo de san Isidro en las Ventas de Madrid.

Muchísimos jugadores fuera del mundial, ponemos a los que nos dan la gana. A otros jugadores los repetimos como y con quien nos da la gana. Los campos de fútbol son los que a nosotros nos garanticen mayor juerga y mejor juego. En fin el mundial de la fiesta circo.

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