domingo, 29 de enero de 2023

El toro y el toreo actual.


Publicado en el chofre el Domingo, 16 Octubre 2011

Otra tarde, de las pocas, que sale el toro en una plaza. En esta ocasión fue en la de Zaragoza  y como es habitual los aficionados hemos terminado cabreados por la imposibilidad de disfrutar plenamente de lo que dicen que es una corrida de toros.

 

Porque hoy con los Cuadris sucedió eso. Toros seleccionados en bravo los que por segundo día salieron por la puerta de chiqueros de la plaza de la Misericordia  y al igual que sucedió con los Veraguas ayer, aun habiendo toros los coletas se fueron de vacío como corresponde al estado actual de la fiesta. Si no hay figurillas con carretones de escuela para lucir palmito y públicos que pidan los despojos, las tardes se esfuman, con la tristeza que da ver que no hay toreros para el toro

Aunque siendo justos hay que decir que hoy había uno, Javier Castaño, que por lo menos intentó que viéramos un espectáculo sin recortes, sin censuras, es decir lidia completa como debe ser y por lo que todo el mundo paga. Pero por unas razones u otras estamos abocados a la nada, a ver que ni tan siquiera se sabe lidiar a toros que deberían irse sin las orejas o a toreros con las temporadas hechas.

Empezó la tarde con la primera desilusión, el triste espectáculo de no ver los tendidos llenos cuando hay toro. Ni media plaza, lo que indica que por mucho que nos quieran vender la moto, de afición nada de nada. Pero por otra parte por mucho que nos quieran vender la otra moto “trucada”, tampoco plazas llenas con el acto social de una fiesta falsa con los carretones domesticados manipulados con los condones, esa fiesta no aguanta ni el mínimo embate.

La fiesta de verdad estaba hoy en la plaza y esa parece ser que interesa a pocos, porque somos pocos los que queremos que haya toros encastados y bravos en el ruedo, a la mayoría, taurinos y públicos festivaleros, lo que les “pone”,  insisto, es la mierda de la figurilla del papel cuché con el medio torete, a ser posible desmochado, que se deja y colabora en esa fiesta, pero ese circo por mucho que hagan el paripé, tiene los pies de barro por muchas firmas que recojan.

Hoy como hemos dicho al principio, también ha habido toros en el ruedo. Cada uno pidiendo su lidia, no como los borregos uniformes domesticados que todos son lo mismo. Hoy cada toro tenia sus cosillas, pero hubo material para  hínchanse a demostrar y justificar por qué merece la pena esta Fiesta

Corrida de excelente presentación. Cumplieron en al caballo todos como toros bravos, metiendo los riñones y humillados a pesar del desastre de la suerte de varas exceptuando a un Tito Sandoval que una vez más toreó y salio triunfador de la suerte aunque alguno de los puyazos fuera algo defectuoso.

A todos menos al cuarto se les dio una lidia desastrosa hasta el punto de “joder” más de un toro.

El primero de nombre “Duende”, serio, bien hecho, cumplió en el caballo y en banderillas se hizo el dueño ante unos coletas que tenían mas miedo que vergüenza torera.

Gran toro fue el segundo de nombre “Maquinista”, al que Paulita ni tan siquiera supo darle la distancia  que pedía, Dos entradas al caballo, derribo incluido. Un gran toro que merecía haber tenido delante a un lidiador.

El tercero de nombre “Pulidor”,  quizás fuera el mas noble de todos, entraba en el cite con la cara humillada pero no pudo rematar en los finales, porque tampoco Iván García supo llevarlo toreadito aguantando hasta el final del muletazo, de haberlo hecho así hubiera sido otro toro de gran faena.

El cuarto de nombre “Remendón”, que demostró que cuando hay “carbón” no importan los 647 kgs, hermano del triunfador del año pasado, que aunque fue el toro más claro para todo el mundo porque lo pudimos ver en plenitud, no quiere decir que fuera el mejor porque sus hermanos no tuvieron la misma suerte de que les hicieran las cosas tan bien como a él. Castaño estuvo digno y dio la talla de lo que es como torero y además hay que agradecerle que dirigiendo bien la lidia puso a toda su cuadrilla a trabajar para que todo saliera perfecto, con una gran suerte de varas como hemos dicho antes, grandes pares de banderillas, especialmente de David Adalid, y buena faena. Así debiera ser cuando hay toro y torero.

Al quinto, de nombre “Barbacoa”, otro buen toro, lo estropearon y destrozaron en la brega en banderillas. Un desastre para el que no cabe la excusa ni se puede justificar con aquello de que se toree muy poco, porque  una de dos o pasas de ese compromiso, o por el contrario si aceptas el reto, haces las cosas como hay que hacerlas.

El sexto, de nombre “Mostrador”, más de lo mismo, falta de conocimientos de la lidia que requería.

Por cierto en espadas pintaron bastos. Nos quedamos con la sensación, con ese regusto agridulce de haber visto una buena corrida de toros pero sin toreros, salvo, insisto Castaño y su cuadrilla ante Remendón, que la hubieran podido transformar en una extraordinaria tarde de toros.

Y es que aunque se quiera, si no se tiene conocimiento de la lidia o valor para hacerla, si no se tiene conocimiento de los terrenos, o si no se puede, ocurren cosas como estas, que teniendo material delante se va uno para casa quedando en evidencia y  con el saco vacío. La pregunta sería ¿si hubieran estado los figurillas del G10 hubieran hecho las cosas mejor?, por supuesto que no, por eso no las torean. Nos encantaría, como en otras épocas, hoy poder decir lo contrario, pero lo único cierto es que estos figurillas que padecemos ni tan siquiera compiten entre ellos y parece mucho pedir que rompan el buen rollito corriendo el riesgo de lidiar toros bravos.

Lo que si está claro que por mucho que nos quieran vender la “burra” pagando publicidades y periodistas panfletarios, podemos hacer una relación de las grandes figuras de la historia que han triunfado con toros de Cuadri. En fin así está nuestra fiesta. La de ellos siguen sangrándola, aunque cada día menos, los públicos ya no llenan nada y son tan torpes y prepotentes que persisten

¡Gracias y adelante ganadero!

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